Marcha de la Dignidad:
presentación de Alicante-Madrid
Este jueves 13 de febrero ha
tenido lugar la presentación de la columna de las Marchas de la Dignidad que
partirá desde Alicante y llegará, como todas, a Madrid el 22 M.
El acto, en la Plaza de la
Muntanyeta, que comenzó alrededor de las 19 horas, tuvo una rueda de prensa
previa con la intervención de Diego Cañamero, quien señaló en la misma que “hay
dos etapas importantes, una andando y otra la llegada a Madrid”, señalando así
lo importante tanto de la marcha en sí como de la manifestación y actos que
tengan lugar en Madrid, que se pretende sea un “hervidero colectivo” frente a
los políticos “que arremeten contra el pueblo” y quienes controlan la economía,
un diez por cierto que “no ha dado un palo al agua en su vida”.
Ya en la presentación del acto se
habló de la corrupción política, la deuda del Ayuntamiento de Alicante y situando
“no al pagament del dubte odiós e il·legítim, no a les retallades, no a la
Troika, no a la repressió. Per un treball digne, serveis públics per a totes i
tots, dret a un habitatge per a tothom”. Prosiguieron hablando de que “en
términos generales nos están imponiendo un nuevo modelo social, en base a las
desigualdades, la precariedad y la represión. Están aprovechando una crisis que
el propio sistema financiero ha creado, y estos dos últimos gobiernos han
puesto sobre las espaldas de los contribuyentes, es decir, de todos nosotros,
los trabajadores, que somos quienes más impuestos pagamos, el peso del rescate
a los bancos, las consecuencias tanto de la mala gestión como de la corrupción
(…)”.
El siguiente tema a tratar fue la
educación, poniéndose de relieve la falta de personal, el campo tan amplio de
negocio que supone la educación para las empresas, en lo que va a suponer una
educación de dos niveles, una para la clase trabajadora y otra para la élite.
Más adelante intervino un
representante de la Plataforma en Defensa de la Ley de Dependencia, quien hablo
de la situación vergonzosa que están sufriendo y cómo les están afectando los
recortes, siendo “víctimes d'una ideologia quasi fascista”.
El militante de la Plataforma por
la Discapacidad en Marcha, Agripa, señaló: “en sí nosotros, las personas con
discapacidad intelectual, física, enfermedades raras, enfermedades mentales,
menores, en sí no somos problemáticos. Los problemáticos y la problemática
reside y estriba en el partido impopular, en el partido genocida, terrorista y
criminal como es el Partido Popular”, “no somos clase media, somos clase trabajadora
y como clase trabajadora tenemos que defender nuestros derechos”.
José Coy comenzó acordándose de
“la gente de Extremadura, que el otro día en una acción de desobediencia civil
se metió en la tele” y los/as detenidos/as que estuvieron casi 24 horas en los
calabozos: “lo que viene es esto, lo que viene es represión, lo que viene es
una predictadura, porque la ley antiprotesta la han hecho para que tengamos
miedo: miedo a las multas, miedo a las detenciones, y el problema que ellos
tienen es que esa ley antiprotesta la hacen porque ellos nos tienen miedo”. “Llega
un momento a lo largo de la Historia en que los ciudadanos y ciudadanas, en que
los pueblos se levantan, y ese momento tiene que llegar ya”, siendo necesario
que las distintas luchas se unan: “tenemos que hacer que confluya la
resistencia, tenemos que ir juntándonos poco a poco, de una forma masiva y
contundente, porque los tiempos actuales están demostrando que sí se puede”. “En
este país hay seis millones de parados porque los parados no están unidos, el
día que los parados nos unamos, que nos tiremos a las carreteras, que nos
tiremos a las vías del tren, que nos tiremos a cortar las autovías, que nos
tiremos a parar los aviones de los aeropuertos: ese día el Gobierno empezará a
mirar a la gente. Y soluciones las hay (…) lo fundamental del país tiene que
volver a ser público, lo fundamental del país hay que expropiarlo (…) hay que
decirle a la Troika que no pagamos (…)”. Más adelante argumentaría a favor de
la amnistía hipotecaría, para acabar con la problemática de los desahucios, y
posteriormente puso de ejemplo a los países de América Latina: “Ecuador salió
de la crisis gracias al yo no pago, Argentina salió de la crisis gracias al yo
no pago, Bolivia salió de la crisis gracias al yo no pago” frente a nuestra
Europa, que es “una Europa de los mercaderes, es una Europa de los
especuladores (…)”. Acabaría diciendo que el 22 M “es el inicio, no el fin de
nada” así como que “este es el movimiento del pueblo, organizado por el
pueblo”.
Diego Cañamero, último orador,
comenzó diciendo que “la gran responsabilidad histórica que tiene el movimiento
obrero en estos momentos es solamente una: la unidad. La unidad para tomar las
calles, la unidad para convertir en parlamento del pueblo las casas y las
calles: esa es la gran responsabilidad de la gente de izquierdas”, “mientras no
seamos capaces de sacar a la calle la mayoría silenciosa (…) si esa gente no se
levanta, y no nos levantamos todos, el 80%, no vamos a derrotar a este Gobierno
y a estas injusticias”. Puso de relieve la necesidad de la unidad de la lucha,
para que el Gobierno no derrote las luchas sectoriales: “la izquierda tiene que
tener claro que no podemos entretenernos ni en los discursos, ni en las comas
ni en los manifiestos: tenemos que peinar todos los barrios, tenemos que ir a
todos los centros de trabajo, tenemos que ir a los hospitales, a los colegios,
a los mercadillos (…) para que esa mayoría silenciosa se rebele contra las
injusticias”. “No importa la bandera que llevemos, no importa de qué colectivo
seamos, no importa porque cuando el paro o la injusticia llama a tu puerta no
pregunta de qué partido eres ni a qué partido has votado”. “Tenemos que
derrotar a este Gobierno, porque este Gobierno no nos representa (…) promete
una cosa y hace otra (…) son los que nos gobiernan los que nos derrotaron en la
Guerra Civil, son los descendientes de los franquistas, son los que dejaron a
nuestros padres y a nuestros abuelos en las cunetas con el tiro en la nuca”. Finalizaría
diciendo “hace falta la revolución de los pueblos, la rebelión de los pueblos”.
Con alrededor de cuatrocientas
personas, y casi una hora después, al grito de “el pueblo unido jamás será
vencido” finalizó el acto.
Diego Farpón